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Comenzar

Lunes 02 Enero 2017 | 04:00

Comenzar un nuevo año, posiblemente para muchos no signifique nada. Simplemente lo ven como un día más como todos los demás. Sienten que no vale la pena hacer nuevas resoluciones ni emprender nuevos proyectos, convencidos que lo que no lograron el año pasado, tampoco deberían intentar hacerlo en el año nuevo.

Para otros, los que tenemos esperanza, los que creemos firmemente en Dios, el Año Nuevo se trata de un día alegre en el que la gente se encuentra feliz ya que comienza un tiempo lleno de oportunidades, de nuevas alegrías, cargado de novedades, progresos y nuevas experiencias; de segundas oportunidades, actos de perdón y ocasiones de volver a empezar. También trae consigo múltiples pruebas, desafíos y una buena dosis de dificultades y problemas. 
Representa una oportunidad de volver a empezar en alguna faceta de nuestra vida.
Estamos iniciando otro año, muchas son las promesas y planes, saquemos esas promesas y proyectos del rincón de nuestros deseos y anhelos, para hacer esos cambios tan deseados, empezar un año más con esperanzas renovadas. El año que comienza significa alcanzar objetivos que muchas veces no es una tarea sencilla cumplirlos, en ocasiones por falta de motivación o por nuestro orden de prioridades.
Comenzar equivale a una transformación, a la libertad, al placer de un nuevo amor, a la posibilidad de un nuevo trabajo, a una verdadera “revolución” -aunque hoy por hoy, las revoluciones van perdiendo parte de su crédito-, estos nuevos momentos tienen la característica del “punto cero”, de un “nuevo juego”, donde todos unidos participamos cuestionándonos si ganaremos o perderemos; y cuáles eran las consecuencias de esta partida en el tiempo y en el espacio.
Lo importante es hacer un balance de lo que pasó, es necesario y saludable; esta revisión debe ser real y objetiva, siempre mirando causas tanto de unos como de otros. 
En este nuevo comienzo confiemos en nosotros mismos, ya que el secreto del éxito no está fuera sino en nuestro interior. Debemos estar conscientes de quienes somos, de nuestras capacidades;  debemos permitirnos equivocarnos sin desanimarnos, aceptando que somos seres humanos y que cometemos errores.
Al comenzar lo más importante es ser capaces y estar dispuestos a caernos, pero también a saber levantarnos y seguir adelante; debemos saber determinar el “punto de quiebre” de nuestras vidas. Amigos, el fin y el comienzo están cerca. Comencemos.
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