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Tradición
Navidad en kichwa

En Otavalo, el coro musical de la unidad educativa César Antonio Mosquera interpreta varios temas en kichwa.

Viernes 09 Diciembre 2016 | 04:00

El coro es de la comunidad de Ágato, Blanca Cachimuel es una de las profesoras que dirigen este coro y, a pesar de que en su niñez nunca escuchó un villancico en kichwa, su lengua materna, ahora prepara a sus alumnos para varias interpretaciones en esa lengua.

La agrupación está integrada por 25 jóvenes, y ha sido reconocida por interpretar canciones religiosas de temporada en kichwa. 
Una de sus últimas presentaciones ocurrió el viernes pasado, durante un programa de la No­vena Navideña, en este idioma nativo y en español. 
El programa que convocó a otras es­cuelas de la “Provincia de los Lagos” se desarrolló en la escuela San Juan Diego, de la capital imbabureña. 
Las hermosas melodías están recogidas en un pequeño libro denominado “Navidad Iskunniki Mañanakuna” (Novena de Navidad, en español), hacía referencia diario El Comercio. 
Famosos villancicos de temporada como “Uka Miski Jesús” (Dulce Jesús Mío), “Wawalla ña Shamun” (Ya viene el Niñito), “Wayta rusakuna” (Claveles y rosas) y “Alli Shamushkanki” (Bienvenido seas), entre otros, son los que se encuentran en este texto.
Dayson Castellanos, estudiante de la institución y quien forma parte del coro,  proviene de Ágato, una jurisdicción indígena donde se busca revitalizar el idioma ancestral. 
El coro, además de realizar sus interpretaciones en kichwa, también usa vestimenta tradicional. 
Por ejemplo, las mujeres visten faldas amplias conocidas como anacos y blusas bordadas. Lucen aretes grandes llamados orejeras, y una especie de manto, que es el rebozo. 
Los hombres, por su parte, tienen como tradición estar  ataviados con pantalón, camisa y alpargatas blancas. En algunos resaltan el poncho y el sombrero. 
Los músicos que entonan a violines, guitarras, charangos, quenas, rondadores y el bombo ya son profesionales. Llevan cuatro años alegrando las fiestas, especialmente de diciembre. 
En este pueblo todos son herederos de la tradición musical, que se transmite de padres a hijos en las comunas indígenas. Se trata de un traspaso de conocimientos similar al que se vive en las comunidades afroecuatorianas de la Sierra norte. 
En Otavalo también existen otros grupos que crean villancicos navideños, con letra y música compuestas por ellos mismos. Ellos incorporan los sonidos como el arrullo y la bomba. Las melodías tienen nombres singulares, como “El Niñito se embarcó en una concha de haba”, “El chanchito”, “El Niñito Llorón” y otros. 
Según Feliciana Caicedo, otra corista, ofrecen música alegre, producto de una fusión de ritmos de las regiones Sierra y Costa, que expresan su espiritualidad cultural. Para ello, utilizan instrumentos como el bombo y el cununo de los afros de Esmeraldas, la bomba del Chota y las maracas de los músicos del Caribe. 
De acuerdo a la cosmovisión de los pueblos ancestrales del Ecuador, la Navidad es una celebración traída por los conquistadores europeos. En varias comunidades indígenas de Ibarra y Otavalo, en cambio, mantienen el Kapak Raymi (Fiesta de la Sabiduría), que se celebra este mes. 
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