De esta manera, el CNE dio inicio a la carrera electoral que por cerca de dos meses mantendrá al país inmerso en una campaña, que se prevé como intensa en pasión política.

En verdad, se renueva la oportunidad democrática para que la población de nacionales, así como extranjeros legalmente residentes en el país, escojan a quienes consideren aptos para la conducción del destino de esta nación durante los próximos cuatro años.

Los sujetos políticos, con motores prendidos hace rato, han dejado oír y sentir el rugido de los mismos, esperando el arranque oficial publicitario, que será en enero, con miras a convencer y lograr la voluntad popular que los traslade hacia Carondelet y al Palacio Legislativo.

Fijadas las reglas, partidos y movimientos políticos no oficiales, autorizados por el CNE han concretado candidatos y estrategias para el combate contra el Goliat, encarnado en el actual régimen dominante, que dará batalla sin cuartel por retener el privilegio de seguir haciendo de Ecuador el fundo de sus conveniencias.

Y lo dan por hecho basados en la diversidad de criterios de los opositores, quienes, a pesar de coincidir en que es necesario fortalecer la oposición para derrotar al partido en el poder, presentan un fraccionamiento que dispersa sus fuerzas, sin señales que permitan vislumbrar unificación que signifique temor cierto para el Gobierno actual.

Por eso es que el presidente Rafael Correa, líder absoluto del partido oficial y de sus adláteres, así como del Ejecutivo y mandante del Legislativo y de los otros poderes del Estado paridos ex profeso para esta administración, se solaza en decir que no habrá segunda vuelta. Por lo menos, no hasta ahora.

Sin embargo, las repercusiones de los últimos escándalos suscitados dentro del Gobierno, hacen que el mismo Mashi admita la posibilidad de que la oposición incursione, con mayor fuerza, en sus intenciones de captar el Legislativo, al estilo venezolano.

Por ello insiste con su soberbia en la ridiculización de sus oponentes, minimizando cualquier cualidad que éstos puedan exhibir.

Y si se mira lo actuado, hasta ahora no le falta motivo para restregar aquello.

Mas, recordemos que así sucedía en Venezuela, donde su “in-Maduro” presidente declaraba enfáticamente el apoyo del pueblo al régimen, por lo que los resultados electorales del 6 de diciembre pasado debieron remecer su orgullo al perder de manera contundente el mando del Poder Legislativo. Probablemente se le durmió el pajarito que le ha servido de consejero. Y puede que se sigan durmiendo otros pajaritos en América del Sur.