En el país existe una superficie sembrada de 280 mil ha. y su cadena productiva da 50 mil plazas directas de trabajo y 100 mil indirectas, aportando con el 4,5% del PIB agrícola.
Cultivo relativamente nuevo, introducido recién a mediados del siglo pasado, tiene un constante potencial de crecimiento debido a la demanda de sus productos elaborados en el mercado nacional y en el extranjero. En 1952 se introdujo semillas provenientes de la United Fruit de Honduras, Lee Hines se las entregó a los hermanos Scott para establecer la primera plantación de 39 ha. en la vía Santo Domingo – Quinindé, desde entonces las siembras se extendieron por las vías a Esmeraldas, Chone y Quevedo. Y a partir de 1979 a las provincias del nororiente del país.
Las primeras investigaciones sobre este cultivo las realizaron empresarios privados, pero en 1963 Fabián Portilla, director del INIAP, creó la Estación Santo Domingo en La Concordia. En este centro experimental se dio origen al híbrido Tenera INIAP, que cubre el 60% de la superficie sembrada en el país, confirmando su potencial de rendimiento. Logro conseguido gracias al trabajo de investigadores nacionales, en donde también hubo el aporte manabita.
José Villacís Santos es considerado un pionero de la palma africana en el Ecuador. Nacido en Bahía de Caráquez, comenzó en Santo Domingo en 1963 siendo extensionista del Ministerio de Fomento (actual MAGAP) y continuó en INIAP como investigador en el Programa de palma africana. Allí compartió experiencias con otros talentosos investigadores de esta oleaginosa, como Víctor Nápoles, Eduardo Maldonado y Galo Bejarano. Su tesis de graduación en 1965 fue valiosa contribución al manejo tecnológico de la palma africana en el área entomológica, estudiando y solucionando problemas ocasionados por los insectos plaga.
De investigador pasó a ser exitoso palmicultor privado al emprender en 1975 en su hacienda Chapingo la siembra de 100 ha. con material nacional generado por INIAP, plantación cubierta en el 75% por el híbrido Tenera y 25 % de Dura mejorada. Sus experiencias transmitió brillantemente en publicaciones, foros y como maestro a nuevas generaciones mediante la cátedra en la UTM, en donde fue subdecano de Ingeniería Agronómica en la época de mayor lustre de esta prestigiosa Facultad. Todo un personaje identificado con su provincia y tomado como ejemplo a seguir a nivel nacional.
*Investigador Categorizado Senescyt