Entre el origen prehispánico de su asentamiento y la preeminencia de la figura de la Marquesa de Solanda -esposa de Antonio José de Sucre-, herencias de familias criollas e intereses terratenientes, Cotocollao ha creado su identidad.

Para 1963, al menos el 85 % de la población indígena estaba incorporada como servidumbre para las haciendas. Este territorio condensa el más representativo sincretismo de la identidad ecuatoriana: centro de intercambio precolombino; centro de la gesta libertaria; centro de disputa de terratenientes.

Fiesta.  Para la yumbada como expresión dancística musical, toma especial importancia que la parroquia se asiente sobre el antiguo territorio de trueque precolombino. Y puede constituir la más auténtica representación de las relaciones ancestrales entre el poder shamánico de los habitantes de la selva y aquellos que vivían en la Sierra.

En el Inti Raymi y en el Jatun Punlla (día mayor) la yumbada está presente en el agradecimiento por la producción agrícola.

La representación está definida por la transmutación que sufren los danzantes en hombres de selva o yumbos, vocablo usado durante la época colonial para referirse a los habitantes de las selvas bajas, orientales y occidentales.

La yumbada de Cotocollao se caracteriza por la comparsa integrada por el mamaco, que ejecuta el tambor y la flauta, es el guía de la fiesta y de él depende cada momento.

El yumbo es el personaje que danza y representa al personaje de las selvas tropicales. Sus movimientos están ligados a los tonos que ejecuta el mamaco mediante el tambor y el pingullo. Las yumbas también danzan durante el ritual y llevan una blusa suelta de tela brillante, bordada y con encajes, un pañuelo que sujeta una peluca, el tocado de plumas, la máscara y la lanza de chonta. 

Otros personajes son: el yumbo mate, que porta las calabazas donde se sirve la aswa o la chicha; los monos, los capariches, las vacas locas, los vaqueros y los diablo humas.