Así lo informó ayer el subgerente del Banco Central del Ecuador (BCE), Diego Landeta.
“Todo laminado para la reserva federal es un billete que, a pesar de que esté roto, lo que se hace es poner una tinta adhesiva en un lado, pero también del otro, eso se entiende por laminado”, explicó Landeta.
Manifestó que dicho billete “ya no puede ser aceptado y, peor aún que, algún ciudadano lo haya completado con otra superficie. Estos son los billetes que necesitan un cambio y lo vamos a poder hacer hasta el 15 de octubre”.
Los billetes que serán cambiados serán: los rotos en pedazos, parchados o laminados en exceso, rotos menos de la mitad, rotos laminados en exceso junto a otro material con papel y también, el billete roto laminado en exceso con cinta que obstruya su identificación.
Billetes recibidos. Por el contrario, los billetes que continuarán siendo recibidos por el BCE y otras entidades financieras son los que pueden haber sido pegados utilizado una mínima cantidad de cinta adhesiva transparente, únicamente, para lograr unir las partes y en un solo lado; billetes quemados en poca proporción o manchados.
Landeta recomendó a los ciudadanos no maltratar los billetes dólares, evitar humedecerlos, mancharlos o perforarlos. Además pidió que no se escriba en los billetes; también aconsejó el uso de medios electrónicos como tarjetas de crédito, transferencias bancarias y cuentas de dinero electrónico para disminuir la manipulación y maltrato de los billetes.
En el 2015 se enviaron 117.000 billetes para ser canjeados. Esto representó $ 12 millones, al año. Cada envío significa 2 millones de dólares, publicó diario El Comercio.
Hasta septiembre del 2016 se enviaron 78.000 billetes laminados para su cambio, indicó. En Estados Unidos, la vida útil de un billete es de 7,5 años de vida, en promedio. En el país es de 2,8 años.