El parque, que lució por cuatro meses solitario, comenzó a tener la afluencia que tenía antes del terremoto.
Uno de los visitantes fue Máximo Manrique, quien confesó que desde hace cuatro meses no visitaba el lugar.
“Me alegra verlo así, tan cuidado e igual que antes”, comentó.
Él indicó que le da tristeza ver la ciudad con solo terrenos vacíos, pero espera que de a poco las cosas vuelvan a la normalidad.
“Y por qué no empezar por lo pequeño como el parque. Muchos agradecemos que lo vuelvan a abrir”, expresó.
Otra de las personas que se beneficia de esto es Carlos Hernández, quien se dedica a tomar fotografías.
“Me pongo en esta esquina aunque aún no tenga clientes. Ya se correrá la voz de que he regresado”, dijo.
Incluso el wifi en el parque funcionaba con normalidad.