Así lo dijo Ernesto Zambrano, presidente de los copropietarios de este edificio. Agregó que el Ministerio de  Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) contrató a la empresa Consuldisa para, a través de un estudio de ingeniería estructural, determinar el estado de la estructura. El informe ya está listo y recomienda su demolición.

“La decisión de los expertos solo confirma lo que nosotros, los propietarios, y hasta el público, ya habíamos advertido. La demolición era inminente, porque  la estructura que dividía a las dos torres fue desestabilizada por la caída de la enorme cisterna de agua que se ubicaba en la terraza y por las ondas del sismo”, señaló. 

Venta. Zambrano cree que, una vez demolido, deberán vender el terreno, que tiene un avalúo sobre el millón de dólares.

Agregó que el costo de los departamentos habitacionales era de 70 mil dólares. “Yo pagué este valor por mi departamento, que era ocupado por mi hija y otra compañera que estudian en Manta. Lo compré con la liquidación de mi jubilación”, dijo Zambrano, quien habita en Chone y trabajaba en la empresa eléctrica.

Ocupación. La edificación se ubica en la avenida Malecón, junto al MAAC Cine. Fue construida en 1978 y es de cuatro pisos, integrados por 16 departamentos, mientras que en la planta baja hay cuatro locales comerciales que hace 20 años eran usados como oficina del BEV y la Junta Nacional de la Vivienda.

Zambrano agregó que antes del terremoto solo ocho familias, entre propietarios e inquilinos, ocupaban el condominio. Los otros departamentos estaban desocupados

Una pesadilla. Johnny Mendoza era uno de los inquilinos y vivía en el tercer piso.

Cuenta que la noche del terremoto él bajó con su familia en medio de la oscuridad. Se alumbraron con la luz de un celular. Salieron por un triángulo hacia la calle que había dejado la cisterna, que cerró el paso por la puerta de acceso a este edificio. Agregó que, de las ocho familias que habitaban el lugar, solo la familia de Alfredo Enríquez (3) tuvo que ser rescatada por los bomberos a las 3h00. Marco Mieles es el guardia y conserje del lugar. Él teme quedarse sin trabajo una vez que sea demolida la edificación. Ahora cuida carros en el garaje del edificio, pero llegan pocos clientes, expresó.