Desde sus dirigentes, cuerpo técnico, asistentes, jugadores y su apasionada hinchada, nos han demostrado unidad y trabajo continuo. 

Nunca han bajado los brazos y siempre han estado dispuestos a dejar en la cancha todo el esfuerzo para lograr la victoria, permitiéndoles ahora soñar en grande, pues ya están en una final inesperada.

Porque, a pesar que en el ámbito internacional este equipo era desconocido, sin embargo se dio el gusto de eliminar a algunos que eran los favoritos para alcanzar esta meta.

También es importante mencionar que la dirigencia de este equipo ha trabajado muy fuerte en la preparación de divisiones inferiores desde hace algunos años y ahora les está dando el fruto esperado.

Existe un semillero de jugadores jóvenes que ahora están siendo tentados por algunos equipos extranjeros, lo cual es excelente y estamos seguros de que esta cantera será muy bien aprovechada para fortalecer y armar mucho más a este conjunto, que está dejando muy en alto al futbol ecuatoriano. 

Felicitaciones también por el espíritu altruista de sus dirigentes de entregar todas las taquillas de los encuentros internacionales que se han jugado en nuestro país después del terremoto, a los damnificados de las provincias de Esmeraldas y Manabí.

Han demostrado solidaridad por nuestros hermanos que hoy se suman a la alegría de los éxitos que han conseguido. 

No se puede considerar esta noble acción como una cábala, sólo se trata de reconocer que existen personas de bien que siempre dejan huellas.

Porque su amor trasciende más allá de todo aquello que intenta destruir o desmembrar la férrea unidad de un pueblo glorioso que nunca se dejará vencer por las adversidades.

Continúen siempre así, pues esto representa para nosotros el orgullo de ser ecuatorianos, un ejemplo de trabajo con sabor a gloria, pues estamos casi seguros de que llegarán muy lejos, demostrando la estirpe de un país que lucha fervientemente para trascender por el camino correcto, el de la unidad, de la solidaridad y la fe en lograr cosas grandes.

Todos estamos con este gran equipo y les deseo suerte en este último encuentro que desde ya será inolvidable, pues es el sueño cumplido de los que se esfuerzan, de los que perseveran y creen que la suerte no existe, que cada triunfo se comienza a tejer desde su simiente, un corazón dadivoso que entrega espontáneamente sin medida, dispuesto a compartir todo, incluso la gloria. 

Suerte muchachos y que Dios los bendiga.