El robo ascendió los 3.000 dólares, sostuvo.

Esto motivó al comerciante a “blindar” su negocio, ubicado en la avenida Quito, con la colocación de seis cámaras de vigilancia, sistema de alarma y la contratación del servicio de vigilancia armada.

“Invertí 1.500 dólares en la instalación de estos equipos, además pago mensualmente 30 dólares a la compañía de seguridad para que vigile mi negocio”, comentó el empresario.

Leonardo Vergara, jefe de operaciones de la Policía Judicial (PJ), aseguró que estas medidas de prevención no siempre garantizan que no haya robos a unidades económicas.

Según el oficial, este delito contempla los asaltos y robos no solo a locales comerciales sino también a entidades privadas que prestan servicio a la ciudadanía.

 

Estadísticas. Según las estadísticas del Departamento de Análisis de Información y Seguridad de la PJ, desde el mes de enero a junio se registraron 112 denuncias de asaltos y robos a unidades económicas.

Un negocio redondo para los delincuentes.

Esta cifra aumentó en comparación con el año anterior (2015), cuando en el mismo periodo se receptaron en las oficinas de la PJ un total de 91 denuncias.

Las estadísticas señalan que durante los atracos a negocios, ejecutados en un 30 por ciento bajo la modalidad de asalto, los antisociales se sustrajeron en total 46.503 dólares en dinero en efectivo.

Los negocios ubicados en el casco urbano del cantón, que contempla sectores como las avenidas 29 de Mayo y Quito serían los más afectados con un índice del 23 por ciento de casos, es decir 26 robos.

Le siguen sectores como Bombolí y la peatonal 3 de Julio, con 17 y 8 por ciento, respectivamente.