Mendoza, quien fue juez de lo penal, Ministro Fiscal de Manabí y ministro juez de la Corte de Justicia de Portoviejo, se retiró de la vida pública a los 66 años de edad. Indica que “debe haber la conciencia clara de que hay un momento en que ya se cumplió una labor determinada y el recambio generacional es un fenómeno sociológico que tiene que darse y nosotros tenemos que aceptarlo frente a las nuevas generaciones que buscan su posición”.

Destaca su trabajo en la agricultura. Tiene una propiedad en Sosote donde siembra arroz, lo que le da “no solo réditos económicos sino espirituales”. Aconseja a quienes se jubilen que “inviertan su dinero en algo productivo que los mantenga ocupados, que los haga sentirse útiles”.