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Amor por nuestra tierra

Existen muchos desastres naturales que conllevan el estrés postraumático, que es un trastorno mental que se produce por efecto de haber estado expuesto a un evento que amenaza la vida, tal igual como el terremoto ocurrido el 16 de Abril en nuestra provincia.

Martes 19 Julio 2016 | 04:00

 Despertábamos en medio del caos de lo irreconocible. Lo que podíamos observar un día después, era indiscutiblemente devastador. Nos encontrábamos en ruinas y se iniciaba un severo daño emocional, de lo que no podíamos ver, de nuestra salud mental y de las consecuencias sociales de esta tragedia, que posiblemente dejaran secuelas psicológicas adversas por largo periodo. 

Poco después de este trauma, apareció la anestesia emocional. Estábamos, aletargados, separado de los demás, invadidos de dolor con desanimo, depresión, ansiedad  y hasta agresión. Me siento devastada por observar a mi ciudad como luce ahora. Me entristece ver sus calles por donde antes transitaba con ruido, con gente, con vida, ahora son terrenos vacíos, escombros, demoliciones, dolor de quienes perdieron, a sus seres queridos y amigos, sus infraestructuras y bienes. 
Este es el panorama desgarrador que vivimos los portovejenses después del terremoto. Muchas son las propuestas de sectores comprometidos con nuestra ciudad para lograr construir un nuevo Portoviejo. Levantarnos y mirar hacia el futuro desde los profesionales del urbanismo, promoviendo una verdadera coordinación entre los agentes de la reconstrucción sociedad civil, autoridades gubernamentales nacionales y locales, etc. para crear un compromiso verdaderamente permanente con la construcción de una ciudad inclusiva. Permítanme entonces aportar la mía para que nuestro nuevo Portoviejo además de ser reconstruido, sea arborizado. 
El árbol urbano es un elemento fundamental en el paisaje de la ciudad. Brinda diversos beneficios de orden ambiental, climático, estético, paisajístico y recreativo, y los cuales son aprovechados de variadas formas por los pobladores locales, quienes disfrutaríamos de su presencia y lo convertiríamos en un elemento integrante del paisaje urbano, a tal punto que “se constituya en uno de los indicadores de los aspectos vitales y socioculturales de la ciudad”. Es por eso que se debe tener la claridad de cuáles son las especies que más benefician sus entornos. Sería importante considerar un plan de arborización para nuestro Portoviejo. 
Además, que sus ciudadanos, manifestemos no solo en palabras ese amor profundo por ser nuestra tierra, la que nos vio nacer y crecer pero no olvidando que las ciudades forman parte del medio ambiente construido y creado por el hombre, y como tal, deben interactuar con el medio ambiente natural. Para finalizar, deseo profundamente que a pesar de esta catástrofe, nos contagiemos de optimismo, trabajo y fe. Reinventarse es elevarse y que en un futuro no muy lejano, veamos a Portoviejo….como ciudad altiva y soberana…..Un amor entre la vida y la muerte….quedémonos con la vida. 
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