El estudio indica que el 50,4% del líquido que se distribuye en zonas urbanas se pierde entre la fase de potabilización y su distribución hacia las viviendas.
En este estudio colaboraron empresas y juntas de agua potable en cantones como Esmeraldas, Quito, Cuenca y Santo Domingo.
José Giraldo, asesor de la dirección ejecutiva del organismo estatal, señala que estas situaciones obedecen a diversos problemas, informa El Telegrafo.
En el primer caso, existirían canales de conducción del agua desde las fuentes que están deteriorados o corren a cielo abierto.
Para Giraldo, esto facilita que algunos ciudadanos se conecten a las redes de manera fraudulenta, por lo que ese líquido consumido no se registra ni se factura.
En cuanto a las pérdidas entre la fase de purificación y la llegada a los domicilios, el funcionario dijo que el estudio halló que el problema se debe a la existencia de tuberías viejas, tanques reservorios con fugas y sin control de nivel.
No obstante, en el ámbito domiciliario también hay pérdidas.
Así, la ARCA diagnosticó que de cada 100 consumidores, solo 77 cuentan con medidores y “de estos aparatos, el 7% se encuentra dañado”, según Giraldo.
En ese sentido, el informe evidenció que de 10 mil litros que los prestadores de servicio facturan a los consumidores a escala nacional, el 26% es un monto estimado debido a la falta de aparatos de micromedición. En otras palabras, de un total de 100 litros distribuidos en el país solo se facturarían 54 litros.