El último en llegar ha sido Cristiano, procedente del histórico triunfo de Portugal en la Eurocopa. 

Se ha instalado con su madre, hermanas e hijos en un palacio flotante en aguas del Mediterráneo dispuesto a unos días de asueto de lo más familiares. Tiempo en el cual espera recuperarse de la lesión de ligamento de rodilla que podría apartarle de la Supercopa del Madrid contra el Sevilla. 

 

Rival. Allí llevaba ya unos días Messi, en compañía de su esposa, Antonella Raccuzzo, a golpe de saltos al mar y paseos de paddle surf. 

Él llegó unos días antes por el fiasco de la Copa América, donde el blaugrana falló un penalti tras el empate a cero de Argentina con Chile. 

Descansa también después de ser condenado a 21 meses de prisión por defraudar a la Hacienda española. 

Los paparazzi lo tienen muy cómodo para sacar imágenes de los días de asueto de los astros del fútbol, pues sus embarcaciones duermen en la misma marina, Botafoch, a unos metros de distancia. 

El diario Sport ha comparado los yates de ambos para concluir que el de Ronaldo es más largo, 36 metros de eslora contra 28 del de Messi, y también bastante más exclusivo. 

El Asciari de Ronaldo y el Maiora Seven C de Messi tienen el mismo número de suites, cuatro, y pueden albergar a un total de diez personas cada uno. Sobre los extras que llevan a bordo, la prensa deportiva destaca la profesora de yoga del portugués y el prestigioso cocinero de Messi, publica el portal.