Por la razón que sea, Noe después de la cena se empijama y se queda profundamente dormida. Cual pollito, o bien le quedaría gallina vieja, en las noches su rutina se resume en cocinar, comer, lavar los platos y dormir. No hay novelas para ver ni sexo que hacer. Es grande, pero su

cuerpo se resume dentro de la colcha. Apenas se alcanza a ver la figura de sus pies. Pequeñita entonces, entra al más profundo de los sueños y se olvida del mundo. Del otro lado de la ciudad, Marcela trabaja hasta las siete de la noche. Después de eso su novio borracho la lleva a

tomarse unas cervezas. No hay muchas ganas, pero peor es nada. Se toman ocho cervezas

entre los dos y luego van a pegarse unas arepas. Tarde ya la noche, llegan a casa. La barriga

llena impide cualquier acto sexual, así que miran cualquier programa en la TV. Antes de dormir hacen el amor, a veces muy apasionados, otras más bien por cumplir con el deber marital. En esta casa no hay niños, pero en otras miles sí. Sea lo que sea, hoy pienso en ustedes, hoy no están solas.