El ruido perjudica nuestra calidad de vida. No lo digo yo, lo dice un exhaustivo estudio sueco realizado en 2010 donde se demostró que el ruido puede tener consecuencias nocivas en los entornos laborales, estudiantiles, familiares y sociales. Según la investigación, de 142 periodistas consultados más de la mitad dijo que le molesta el ruido en la oficina, perjudicando su concentración. No dejemos de lado la contaminación acústica presente en las calles como la música y, la más común, el pito de los vehículos. Para disminuir esta problemática es necesario aprobar más leyes y centrarse en el problema. En Santo Domingo rige una ordenanza para controlar la emisión de ruidos, pero la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿Se cumple?