Son múltiples los encuentros que han desarrollado ambas delegaciones, aun con diferencias que impiden culminar las negociaciones que están entrando al tramo final, sintiéndose Ecuador apurado por existir fecha establecida para que definitivamente sea suscrito el documento que, se espera, sea de beneficio mutuo.
Sin embargo, si bien hay observaciones que las contrapartes se efectúan, con el “tira y jala” acostum-brado, a interno, el sector empresarial nacional también presenta sus exigencias a los negociadores oficiales, demandando ajustes a la política comercial gubernamental como la eliminación de las salvaguardias que les causan perjuicios.
Colombia y Perú ya aprovechan un acuerdo parecido logrado hace pocos años, mientras Ecuador se ha beneficiado recibiendo de la UE preferencias arancelarias que terminarán este año, sin posibilidad de ser renovadas.
De no concretarse el acuerdo, los comerciantes ecuatorianos tendrán problemas mayores para ubicar sus productos en el viejo continente, encareciéndose la exportación a Europa.