Los mensajes no dejan de llegar. La hora no importa. Los grupos de WhatsApp han crecido como hierba mala. Cándidamente nos agregamos al grupo familiar y al de trabajo, bien hasta allí todo; pero después llegan los grupos de excompañeros de la escuela, del colegio, de la universidad. Grupos y más Grupos. A la mayoría de los contactos ni los conoces. Los mensajes no dejan de llegar. La hora no importa. El tema es lo de menos. De la curiosidad pasas al hartazgo. El chisme y lo intrascendente te bombardean. La última canallada surgió luego del terremoto del 16 de abril. En varios de estos grupos se comparten audios de personas que tienen el oráculo para predecir cuándo será el próximo desastre natural. Y como con cada nueva réplica los nervios se ponen de punta, hay quienes se creen las falacias que se cuentan. A la hierba mala hay que cortarla de raíz. Toca salirse de esos grupos.