Las obras de reconstrucción están en marcha tras casi tres meses del 16A. En varias ciudades los recursos que ha recaudado el Estado comienzan a fluir. Ya se ha contratado reparaciones viales, sistemas hidrosanitarios y otras obras.
El inicio de estos trabajos debe marcar un antes y un después para la provincia, pues, además de solucionar los problemas surgidos por el terremoto, se combate el desempleo que se estima crecerá en esta provincia un 3 por ciento más, y se enfrenta el decrecimiento de la economía que se cree será del 10 por ciento, según las cifras oficiales.
Más de 7 mil familias perdieron sus casas, y más de 21.823 personas sus puestos de trabajo, tras el 16A. Esas personas deben tener prioridad ahora que comienzan a generarse. En cada puesto de trabajo que genera esta reconstrucción debe haber un manabita o esmeraldeño. Sin embargo, hay un mal precedente que debe decirse. En la construcción de las aulas móviles muchos trabajadores eran de provincias de la Sierra.