Algunos de los moradores manifiestan su descontento.

Por ejemplo, Segundo Villa expresa que su esposa, de avanzada edad, tiene dificultades para andar, y ahora que los colectivos no pasan por allí, debe caminar más, poniendo en riesgo su salud.

Firmas. Esta situación ha hecho que algunos vecinos se unan y conversen para tomar medidas. Una de ellas es la recolección de firmas para presentarlas a las autoridades y solicitar se considere el retorno del servicio en el sitio.

“Ya vamos a recoger firmas para pedir que nos devuelvan los buses”, dijo Villa.

De su parte, María Intriago, habitante del sitio, sostuvo que los estudiantes son los más perjudicados.

Servicios. Cristina Encalada es conocida en el sector por su negocio, una tienda de víveres, que abrió hace 16 años. La mujer afirma que en la zona no sufren de necesidades: allí tienen agua potable pasando un día, cuentan con alumbrado, calles adoquinadas y seguridad.

Uno de los aspectos que ha dado mala imagen al sitio es el robo de las tapas de las alcantarillas de la calle Carlos Brown, donde antes circulaban los buses.

Los vecinos solicitan a las autoridades que se tomen medidas al respecto, puesto que les representa un peligro, sobre todo a los niños.