De los 45 ancianos que se albergan en este lugar, el 60% no puede movilizarse por sí solo, manifestó el administrador.

 

> RECLAMO. Uno de los adultos mayores que sí sintió el terremoto es Luis López, de 88 años de edad. Todavía asustado, este octogenario ciudadano que se moviliza en silla de ruedas, recuerda que le reclamó a su compañero de cuarto, porque según él, le estaba “moviendo la cama”. Sin embargo, el amigo le aclaró que era un terremoto y de inmediato se puso nervioso. “Entré en nervios. Me puse a rezar toda la noche”, dijo López.

Ángel Ortiz, de 77 años de edad, también lo sintió. Él es uno de los pocos que se puede movilizar por sí solo. Para él “fue un milagro” que sus compañeros no hayan sentido nada.

 

> SITUACIïN.  Después del sismo la situación en Funteman se complicó en su economía, señaló el administrador. Mercado manifestó que los aportes económicos se disminuyeron hasta entre un 30 y 40%.  Él atribuye esta situación a las pérdidas que sufrieron algunas de las personas que aportan para el mantenimiento de los servicios que se entregan en este lugar. Ahora, explicó, están buscando otras alternativas de financiamiento para seguir ofreciendo los servicios. Los cobros por cuidar a los adultos mayores en esta fundación varían de acuerdo a su condición socio- económica. Los que pueden pagar USD 350 mensual. Los colaboradores, queda a voluntad, y a los que no tienen capacidad no hacen ningún pago, explicó.