Se han reportado manifestaciones “tranquilas” en general, salvo por algunos enfrentamientos y los 73 arrestos del pasado viernes en Rochester (Nueva York), los 3 en Phoenix (Arizona) y el bloqueo de una autopista en Atlanta (Georgia).

El movimiento “Black lives matter” (“Las vidas de los negros importan”) volvió a las calles ayer, compartiendo protagonismo con los actos de homenaje y vigilias en honor de los cinco agentes muertos en la matanza de Dallas -la peor registrada contra autoridades policiales de ese país-.

En paralelo, la investigación prosigue con dos grandes interrogantes aún por resolver: si el agresor tuvo cómplices y cuánto hacía que había planeado el ataque.

La pregunta que sí empieza a tener respuestas es quién era Micah Johnson: un exsoldado del Ejército de Estados Unidos, de 25 años, que volvió de Afganistán en 2015 a Dallas donde creció.

Según investigaciones de la Policía,  Johnson tenía material para elaborar bombas en su casa.

Ataques. Después de la matanza en Dallas también se han registrado varios ataques contra las fuerzas del orden.

En Valdosta (Georgia), un agente se desplazó el pasado viernes a un domicilio porque el residente había llamado a la Policía con el aviso de que le habían entrado a robar.

Sin embargo, se trataba de una emboscada: cuando el agente llegó a la casa, un joven de 22 años le disparó varias veces, informó la Policía a la prensa local; ambos se encuentran en el hospital.

Mientras que en Ballwin (Misuri), un policía fue herido de bala en una detención de tráfico el pasado viernes y el sospechoso fue detenido poco después.

Armas. El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo ayer que los estadounidenses no pueden seguir pensando que el problema de la falta de control de armas en el país es “irrelevante” tras recibir críticas por republicanos sobre los últimos acontecimientos de violencia suscitados en ese país.

El presidente matizó que no solo se trata de “tiroteos masivos”, sino también otros incidentes que se consideran ya “rutinarios”, como las “cientos de personas” que han muerto en Chicago (Illinois), la ciudad en la que vivía Obama.