El lanzamiento que se efectuó ayer en aguas del mar del Este (mar de Japón), a la altura de la ciudad de Sinpo, falló en la fase de vuelo, según las autoridades de Seúl, que sin embargo lo consideraron como un avance en la tecnología de misiles del régimen norcoreano.
La nueva prueba de misiles, prohibida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), llegó después de que Estados Unidos impusiera por primera vez sanciones directas al presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, por violación de derechos humanos, lo que desde la capital Pyongyang se calificó como una “declaración de guerra”.
Condena. El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, condenó el lanzamiento que calificó como una “clara provocación a las Naciones Unidas”.
Varias resoluciones de la ONU prohíben a Corea del Norte el desarrollo y las pruebas de misiles balísticos debido principalmente a su actual programa de pruebas de armas nucleares que lleva a cabo ese país.
Esta última prueba de poderío militar llega después de que las ciudades de Seúl y Washington sellaran el pasado viernes un acuerdo para el despliegue a finales de 2017 de un escudo antimisiles, que pretende precisamente hacer frente a los programas armamentísticos de la vecina Corea del Norte.