Sin desfile, sin cachiporreras, sin bandas de guerra, la festividad fue reemplazada por un minuto de silencio en memoria de los carmenses fallecidos en el terremoto del 16A.

Brillante el discurso alusivo a la fecha, a cargo de la vicealcaldesa, doña Marianita Cedeño Arteaga, educadora muy apreciada en su medio que acaba de jubilarse luego de haber desempeñado la docencia por varias décadas granjeándose el cariño y la gratitud de sus alumnos. Nos recordó que el nombre del cantón se debe a la Virgen del Carmen, traída desde Zaruma (El Oro) al sitio “la 35”, en donde se encontraban asentados los primeros colonizadores de esas tierras que se convierten en cantón gracias al Decreto del 8 de junio de 1967 de la Asamblea Nacional (Reg. Of. 161 del 3 de julio de 1967).

Toma también la palabra la asambleísta Marllely Vásconez (AP), oriunda de El Carmen, para recordarles a quienes le reclaman obras públicas, que los asambleístas sólo tienen atribuciones para legislar y fiscalizar, aunque se esperaba de ella que también hubiera hecho conocer cuáles y cuántos proyectos de ley en beneficio de Manabí ha presentado en la Asamblea. De los 35 minutos que habló, 30 los empleó para ponderar las maravillas realizadas por el Gobierno de la “revolución revolucionaria inversa”, incluyendo el Puerto de Manta, la Refinería del Pacífico, el proyecto transoceánico Manta-Manaos, la red vial de Manabí, etc. gracias a S.M. Rafico I, “el mejor presidente de todos los tiempos”.

Por último, habla Hugo Cruz, el alcalde. Dedica su discurso a sus opositores políticos y a quienes critican la obra realizada por la Municipalidad de El Carmen a lo largo de los 16 años que ejerce la alcaldía, una plusmarca que merece ser incluida en los Records Guinness. Pero (el infaltable), tal se esperaba, no dijo una sola palabra sobre La Manga del Cura, tema que el Ejecutivo y la Asamblea Nacional lo tienen inexplicablemente encarpetado (¿?).

Ah, se me olvidada deciros que en la mesa directiva del solemne acto, se encontraba presente Mariano, el prefecto, en calidad de “silla vacía”, al que ni por protocolo ni por mera cortesía, por ser la primera autoridad de la Provincia, se lo incluyó en el orden del día.

Deducid ahora, lo que quiero decir con el titular de esta nota.