Esta farmacia durante 55 años estuvo ubicada en la esquina de la calle 110 y  avenida 105, en una estructura de construcción mixta de propiedad de Briones. Ahora este negocio lo instala cerca de su antigua locación, en una propiedad que les heredó a sus hijos, en la misma avenida. La renovada farmacia María Auxiliadora abrirá sus puertas en el transcurso de la nueva semana.

La noche del terremoto se vino abajo la farmacia. “Mi hijo que me ayuda en la farmacia y yo nos salvamos de morir porque el piso de madera de la parte alta soportó las vigas de hormigón, paredes y cubierta. Si la casa la hubiese reconstruido de hormigón puro, como pretendía, no estuviera contándole esta tragedia”, dijo Briones. 

Él recordó que, a pesar de su edad, el terror de esa noche no lo venció, y prueba de ello es que está de pie.

Briones dijo que el terremoto le ha dejado una sana lección: que de la tragedia hay que levantarse solo. “No podemos quedarnos sentados esperando la ayuda oficial que algún día llegaría. Por eso los ‘tarquenses’ tenemos que volver a crecer solos y hacer fuerza para quedarnos aquí”, anotó.