El Municipio y la Prefectura están imposibilitados de hacer obras de infraestructura en la parroquia dulce debido a que 185 kilómetros cuadrados permanecen desde hace más de un año en alerta naranja.
Hugo Moreno, vecino del sector, señaló que los habitantes se han organizado para darle seguridad a la parroquia.
“Vamos a levantar el muro que nadie quiere hacer”, dijo.
Desde ayer maquinaria pesada de empresas privadas trabajaban en el reforzamiento de un muro de escolleras que realizó el Municipio tras el desbordamiento del río Damas el pasado 26 de abril.
Organizados. Freddy Almendariz, morador, informó que la idea es organizarse y buscar recursos.
“Estamos organizándonos porque nos encontramos a pocos meses de que inicie el invierno, como habitantes de la parroquia nos preocupa nuestra seguridad”, señaló.
Por su parte, William Arteaga, presidente de la Junta Parroquial, manifestó que el Municipio, a través de una resolución, prohibió la reconstrucción de las viviendas en las zonas afectadas y ordenó el desalojo de ciertas casas.
“Nos mantenemos en alerta naranja y eso nos ha impedido invertir en ciertos rubros, por eso la gente está haciendo autogestión”, dijo.
En la última reunión pública del Comité de Operaciones de Emergencia, la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) ratificó la declaratoria de emergencia de la zona.
Días después del desbordamiento del río Damas la gente de Alluriquín construyó un puente peatonal provisional para comunicar el barrio San Miguel con el barrio Central.