En aquella ocasión Maradona no fue, pero el pasado jueves por la noche se volvió a ver las caras con sus excompañeros y sucedieron cosas que no se esperaban: reconciliaciones sorpresivas en una cena de emociones.

Maradona se fundió en varios abrazos, pero los dos más destacados fueron los que mantuvo con Bilardo y el Beto Alonso, dos de los personajes con los que en su momento estuvo públicamente enemistado e incluso se dijeron de todo. 

Testigos de estas reconciliaciones fueron, entre otros, Óscar Ruggeri, Ricardo Bochini (“Me enseñó a jugar”, apuntó Maradona), Ricardo Giusti y Óscar Garré, otros protagonistas de la vuelta olímpica en el estadio Azteca aquel 25 de junio de 1986.