Las provincias costeras del norte se han destacado desarrollando la promoción de actividades turísticas, con grandes proyectos de alojamiento y esparcimiento, la promoción de bienes inmobiliarios tomó mucho énfasis  en este sector, donde los clientes potenciales han sido los quiteños, que desde la década de los 90 se establecieron con sendos edificios de departamentos para veranear, hoy después del terremoto de estos ya no quedan, dentro de la destrucción esta la infraestructura turística que ha desaparecido, los espacios recreacionales  han sido seriamente golpeados, entonces es el momento de replantear un plan regional turístico.

En ciudades como Bahía, Canoa y Pedernales, donde el turismo se presentó como una actividad redentora del sector, donde se crearon de políticas locales enmarcadas por un marco legal dado por el Ministerio de Turismo, la presencia reguladora de los GAD municipales dieron un orden para crecer, hoy en día, después del terremoto cave replantear los modelos de desarrollo que se establecieron con anterioridad en el manejo turístico, la empresa privada referente máxima de la actividad en la zona debe tomar nuevos rumbos con la finalidad de crear nuevas políticas, nuevas propuestas urbanísticas encaminadas en un ordenamiento territorial acorde con el futuro y con un plan de crecimiento ordenado.

La generación de espacios vacíos dados por las demoliciones de edificios, donde hemos visto la desaparición de manzanas completas con construcciones de distintas tipologías, nos hace pensar en nuevas generaciones de espacios para enmarcar un gran proyecto arquitectónico, tal como sucedió con grandes ciudades que desaparecieron después de guerras o desastres naturales.

El ir a plantear un nuevo modelo de desarrollo turístico nos enmarca en nuevo modelo de crecimiento, ordenado por normas y parámetros reales que permitan crear un destino turístico con los atractivos y servicios suficientes para atender una demanda controlada.

Información de base hay suficiente, expertos en el manejo turístico los hay, empresarios con ideas de avanzada son los que hay que formar e incentivar. La empresa privada ha sido vital en el manejo de los distintos proyectos turísticos de la zona, la visión de ellos después de la tempestad y con el apoyo de los gobiernos locales serán el incentivo necesario para crear las nuevas ciudades turísticas del Ecuador. De ahí la inserción de esa población golpeada por la pérdida de vidas humanas,  de sus bienes, de  sus trabajos, tendrán el gran reto del resurgir de Manabí y ser parte de la nueva historia de la provincia que se escribirá con el apoyo de todos.