Hay personas que diariamente se levantan, trabajando hasta el cansancio, descansando cuando la noche cae; no obstante continúan con problemas económicos. Estudias con la mayor dedicación para tu examen, pero siempre habrá la posibilidad de una pregunta que tú no repasaste o que no comprendes del todo, provocando que no obtengas la calificación que aspirabas.

Por citar algunos ejemplos. Pero, no nos vayamos tan lejos: tú mismo, lector, has anhelado con toda tu alma al menos una cosa en toda tu vida. Y dime, ¿la conseguiste? ¿Logras obtener todo lo que te propones? Basándome en probabilidades, estoy segura que no todo aquello por lo que has luchado se ha cumplido.

Lo que diferencia unos sacrificios de otros es la constancia. Si eres constante en lo que te propones, sacrificándote incansablemente llegará el momento en que sin darte cuenta vuestros esfuerzos serán recompensados. A pesar de esto, es muy difícil ser perseverante cuando constantemente nuestro entorno nos hace creer que no somos capaces de cumplir nuestros objetivos. 

En este punto, quiero hacer hincapié en las reacciones suscitadas luego de la final Chile-Argentina de la Copa América Centenario, acaecida el pasado domingo. Lionel Messi ha provocado un revuelo global luego de que fallase un penal, recibiendo críticas realmente ofensivas. La agitación aumentó mucho más cuando declaró su retiro de la selección argentina. 

Las declaraciones que brindó a la prensa, lastimosamente, demuestran una vez más que no todo aquello por lo que uno se sacrifica te brindará un premio. 

Es verdaderamente triste que él no haya podido consumar su sueño, pero lo es aún más que  quienes se hacen llamar fanáticos del fútbol lo juzguen de una manera poco delicada, sin fijarse siquiera de las reacciones que pueden darse posteriormente. Vuestras palabras aunque parezcan insignificantes, pueden herir. Somos presos de ellas, y debemos regularlas.

Lio es el más reciente ejemplo de que no todo esfuerzo trae consigo una recompensa. Corrigiendo la falacia de esta frase mencionaré la tercera ley de Newton: acción y reacción. 

Todo esfuerzo (acción), trae consigo una reacción, y no necesariamente es una recompensa.