Actualizado hace: 941 días 16 horas 41 minutos
Manabí
Tras la provincialización, surgieron Portoviejo, Montecristi y Jipijapa

El historiador y cronista manabita Ramiro Molina señala que Pedro Cieza de León, en su obra ‘Crónica del Perú’ de 1553, menciona por primera ocasión el nombre de Manabí.

Sábado 25 Junio 2016 | 09:48

 Asimismo explica que en el escrito no dice si es región, pueblo o accidente geográfico, y de esto se hacen eco otros historiadores como Juan de Velasco, Federico González Suárez, Wilfrido Loor Moreira, Gonzalo, Alberto Molina García, entre otros. 

“Ninguno le da ubicación como población, no especifican ni describen nada sobre ello, solo lo mencionan, y lo más paradójico es que ni siquiera esta tribu o población de la que dicen se llama Manabí es considerada entre las teorías que existen sobre el territorio”, indica Molina. 
Agrega que el proceso de provincialización se dio en el Congreso de Cúcuta en 1823 en el que se consideró necesario rescatar los nombres autóctonos de los departamentos que conformaban la República de Colombia o Gran Colombia.
Esto con el fin de preservar las culturas aborígenes y salvaguardar sus identidades históricas, por lo que el nombre de Manabí apareció en la Ley de División Territorial, expedida por Francisco de Paula Santander, encargado de la Presidencia, el 25 de junio de 1824, por la que se creó la provincia con el nombre de Manabí, que luego fue suprimida por Simón Bolívar en 1825 pero nuevamente restaurada y entonces quedó definitivamente con este nombre, desconociéndose su nombre aborigen de Cancebí y el español de Puerto Viejo, dice.
Tras la provincialización de Manabí nacieron políticamente Portoviejo, Montecristi y Jipijapa.
Libertad Regalado, historiadora y escritora, manifiesta que una vez que Manabí fue creada como provincia dejó de ser Tenencia de la Gobernación de Guayaquil y pasó a integrarse como nueva provincia del entonces creado Departamento de Guayaquil, formando parte de la Gran Colombia.
“Sus límites se extienden hasta el río Colonche, incluyendo Atacames, y en el interior los límites que han separado la provincia de Quito de esta parte de Esmeraldas”, precisa.  
Regalado dice que con esto se logró la representatividad en el Senado y Cámara de Representantes de la Gran Colombia.
Agrega que económicamente siguieron siendo pueblos con el monopolio del tejido del sombrero de paja toquilla, zarzaparrilla y pita; consiguieron que se reabriera momentáneamente el puerto de Manta para poder comercializar sus productos con otros países. Pero en lo administrativo siguió dependiendo de Guayaquil.
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