Lo hizo motivado y optimista, empujado por las ganas de su equipo de colaboradores, quienes ansiaban retomar las labores y apoyar la reactivación económica de Portoviejo.
Llantas, baterías, aros y tubos son los accesorios que ofertan en el establecimiento desde hace 25 años. Tras el terremoto se vio afectado el local ubicado en las calles 9 de Octubre, entre Chile y Alejo Lascano.
Si bien el edificio no se hizo de daños mayores, encontrarse en la “zona cero” originó que las puertas permanecieran cerradas durante 60 días, causando que no entrara ni un solo centavo a las arcas del negocio.
Y como si fuera poco el impacto visual de notar a su ciudad afectada lo hizo decaer en su estado de ánimo.
“Quiero trabajar y como todo manabita ver el progreso de mi provincia. Llegará el momento en que en esto sea un recuerdo, ya que el tiempo nos ayudará a olvidar”, citó Cañarte.
De vuelta. En el nuevo local acomodaron la mercadería, y pusieron una parte en exhibición para llamar la atención de su clientela.
Antes del 16A tenían una clientela considerable, que en parte se redujo porque perdió el contacto y por la inactividad obligada en la que estuvieron.
“Gracias a Dios no tuve daños mayores y con mis pocos ahorros he logrado mantenerme en este tiempo”, manifestó.
Las ofertas y la calidad del producto, según Carlos Cañarte, aparecen como imán para retomar el trato con su clientela.
“No soy ajeno al dolor que han sentido mis hermanos manabitas, pero con trabajo y esfuerzo estoy seguro que saldremos adelante”, acotó.