El médico veterinario Dario Mendoza explica que las garrapatas pueden transmitir enfermedades graves, ya que en su interior sobreviven y se multiplican ciertos tipos de gérmenes. “Cuando una garrapata chupa la sangre de tu perro, también abre un camino de entrada para estos gérmenes que pueden infectar al perro y eso es malo”, dijo. 

“Sus picaduras son dolorosas, producen comezón y también representan un riesgo grave para la salud”, menciona el especialista en mascotas. 

Dentro de las enfermedades más comunes que son transmitidas por las garrapatas tenemos: La piroplasmosis o babesiosis, la Ehrlichiosis, y la Enfermedad de Lyme o borreliosis, que si no se tiene el debido cuidado y tratamiento, podría ser perjudicial para el can. 

Lo primordial es prevenir su aparición y reproducción. Pero si es imposible lo primero, podríamos recurrir a productos que nos ayuden a acabar con ellas: champús anti-garrapatas, peines para quitar parásitos del pelo, collares anti-pulgas insecticidas, polvos fungicidas, aerosoles y diferentes productos líquidos.

Aunque muchos productos químicos las matan o las controlan, no todos son seguros y muchos son apropiados sólo para usos específicos. Saber qué productos químicos utilizar y cuándo emplearlos es la clave para el control integral de plagas para las personas, los animales domésticos y el jardín. Lo mejor es recibir la guía del médico veterinario.

Si la garrapata no está enganchada a la piel del perro, puedes retirarla fácilmente con unas pinzas de pelo o con papel higiénico cogiéndola por las patas. De lo contrario, si el parásito está muy adherido a la piel, es recomendable que lo lleves inmediatamente al veterinario.

Ten muy en cuenta que cuando retires la garrapata debes mantener limpia la zona afectada y desinfectala con antiséptico. Procura airear la herida  y evita que el perro tenga acceso a ella.

No olvides, es importante que un médico veterinario, el que sea de tu confianza, esté al tanto de esta o cualquier tipo de situaciones, así evitaras agravar la situación.