Por considerar de importancia sus comentarios los comparto con ustedes: “En días pasados leí en El Diario su artículo sobre la caña guadua y su importancia para ayudar a la reconstrucción de la zona afectada  por el terremoto  en su país, lo cual me llevó a pensar que personas como Ud. son quienes ayudan a informar sobre alternativas existentes para no pensar en el concreto, el cual a la larga es muy costoso y causa muchas víctimas cuando ocurren eventos de este tipo. Hoy por hoy hay que buscar alternativas en proyectos ecoambientales de bajo peso y costo, para que las personas puedan tener soluciones económicas, funcionales y con materiales amigables del medio ambiente y en tiempo récord, pues una casita de 60 m2 se puede hacer en 60 días hábiles.

Nosotros en Colombia después del terremoto de 1999 -el cual causó muchísimas muertes y afectaciones estructurales, pues las construcciones rígidas fueron las que más sufrieron, en cambio las de guadua solo se inclinaron, permitiéndole a sus moradores salir ilesos- iniciamos estudios de normas ICONTEC y después de muchos años logramos que la guadua colombiana estuviese en la Norma Sismorresistente, para mejores soluciones estructurales, de diseño y confort y hoy se construyen muchas viviendas con este material que ha pasado desapercibido a los ojos de los gobernantes, siendo él un gigante dormido que Dios nos regaló a los colombianos, ecuatorianos y venezolanos como una especie endémica. 

Una casa de guadua pesa por metro cuadrado unos 1000 kg mientras el concreto sobrepasa los 2400 kg, cuya inercia es mil veces más peligrosa y si está mal construida es mucho más riesgosa. Además la guadua ofrece grandes ventajas medio ambientales”. 

Al parecer los terremotos nos acercan a la guadua, pues en estos días, gracias a las acciones del grupo “Hermanos bambuseros”, generado por una iniciativa del rector de la Uleam, doctor Miguel Camino, y que ha convocado a los pioneros del bambú en el Ecuador y al Congope, se está discutiendo la aprobación de la norma constructiva en el Miduvi, lo que permitirá, a partir de la regulación del manejo de la caña guadua en la construcción de viviendas sismorresistentes, tener ciudades sustentables, ecológicas y con identidad cultural.