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Sismos impidieron ‘mega-reencuentro’

En Taina los Quijije-Mendoza esperaban el cumpleaños 101 de la patrona de la familia para armar un “fiestón”.

Miércoles 25 Mayo 2016 | 04:00

 María Isabel Quijije Mendoza desde hace un tiempo no ve a familiares cercanos y el cumpleaños era el “pretexto” para abrazar a sus seres queridos.

Geovanny Párraga, nieto de doña María Isabel, cuenta que todo estaba listo y se anunciaba el arribo de familiares que residen en Portoviejo, Manta, Santo Domingo, Quevedo, Babahoyo, Guayaquil y la Amazonía.
Párraga dijo que no fue tanto el terremoto del 16 de abril lo que desmotivó la celebración de sus parientes. 
Las dos réplicas de más de 6 grados del miércoles 18 de mayo terminaron por desanimar a los allegados de la cumpleañera, sostuvo Geovanny, quien visita a su familiar de manera frecuente en la comunidad de Taina, donde ella reside.
“Mi abuelita estaba apenada por la fracasada reunión, pero el domingo 22 de mayo le hicimos la caída los que vivimos en Santa Ana y se puso contenta. Se le compró una torta y otras golosinas y además se preparó gallina criolla y se pudo celebrar”, dijo Geovanny.
Sin miedo. El nieto recalcó que lo que más les llamó la atención a los familiares que viven con ella en Taina fue la tranquilidad que tuvo durante el terremoto del 16 de abril y también cuando ocurrieron las dos réplicas más duras.
Dice que ella recuerda el terremoto de 1942 y sostiene que ese fue más fuerte que el de este año. “Lo que pasa es que no habían casas grandes como ahora y por eso no hubo tantos muertos”, indica Geovanny.
En noviembre del año anterior El Diario entrevistó a la santanense, quien pese a su edad mantiene una salud sorprendente, según sus familiares.
Decendenci. Ella tuvo 20 hijos, de los cuales once se mantienen con vida. Los nietos y bisnietos son muchos.
Durante el diálogo la centenaria mujer dijo que el secreto para llegar a esa edad es saber vivir, no sentir envidia y no hacerle daño a nadie.
Indicó que otro complemento es alimentarse bien, ser activo y amar a los suyos “con todas las fuerzas del mundo”.
Sostuvo que siempre se alimentó con productos de la zona, especialmente vegetales y frutas, pero sin dejar al margen la carne, pescado y la infaltable gallina pata amarilla o criolla.
La centenaria destacó que su dieta ha variado un poco en relación a otros años, cuando su organismo tenía una mejor digestión. 
Sin embargo, eso no quiere decir que se quede al margen de tomarse un café pasado o una buena tortilla de yuca o maíz.
“La comida de antes era mejor porque no había tantos químicos para las plantas ”, expresó.
 
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