Nuestro país ha quedado marcado en la historia de la humanidad. El sábado 16 de abril de 2016 , faltando tres minutos para las siete de la noche, nos sacudió un terremoto con magnitud de 7, 8 grados en la Escala de Richter, dejando cantones destruidos, cambiando la imagen de Manabí. Portoviejo, Manta, Pedernales, Sucre- Bahía de Caraquez, San Vicente, Jama, Muisne, Tosagua, Atacames, Chone y Flavio Alfaro, con varios edificios destruidos.
En Montecristi, 14 muertos , 1.500 personas perjudicadas y se cayó la torre de la Basílica Menor Virgen de Monserrate. 35 casas afectadas en la parroquia rural La Pila. El GAD Municipal decretó el estado de emergencia por el sismo.
El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional informó un total de 575 réplicas que se registraron desde la noche del sábado fatal y que no hay posibilidades de un nuevo movimiento telúrico de alta magnitud, esto por los rumores que se difundieron en las redes sociales, sobre la amenaza de un sismo devastador. Se lo consideró falso, porque las placas siempre están juntas, nunca se quedan colgadas.
El epicentro del temblor fue frente a la costa del cantón Muisne, provincia de Esmeraldas, junto a Pedernales- Manabí.
En el Salón del Reino de los Testigos de Jehová, Congregación El Florón 5 de la parroquia Andrés de Vera, Portoviejo, se cayó el cielo raso y nos amparamos, recordando las profecías de Jesús en el Monte de los Olivos, que se cumplen de acuerdo al evangelio de Mateo, Capítulo 24- Versículo 6: 8. dijo:
Ustedes van a oír informes de guerra, porque se levantarán nación contra nación, reinos contra reinos; habrá escasez de alimentos y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principios de dolores, angustias y más todavía, no es el final.
La reconstrucción es un proceso de 3 a 5 años muy costosa y debemos pensar en la solidaridad de ayudar al prójimo, bendecidos como siempre por Jehová, Dios, tenemos que meditar en las ofensas al poder de la divina naturaleza y no seguir contaminando la tierra; hay que dejarla respirar con tranquilidad, porque no estamos preparados para defendernos.
En Chile, el temblor de tierra llegó acompañado de un tsunami, azotando zonas costeras, vivió dos terremotos el año 2010.
Gracias a los hermanos países que han manifestado su solidaridad para los afectados.
Las instituciones públicas deben empezar a reconstruir la nueva capital manabita y sus cantones.
¿Será delito decir la verdad?
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