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60 urbanizaciones en nueve años en Manta

El desarrollo inmobiliario de Manta continúa, pero un poco más lento. Conozca cómo ha cambiado la ciudad desde el 2007 cuando empezaron a construirse urbanizaciones.

Domingo 27 Marzo 2016 | 10:20

Antes del 2015, en Manta el boom inmobiliario viajaba en un carro fórmula Uno, pero ahora parece hacerlo en un auto estándar.

De acuerdo con el área municipal de Planeamiento, en el 2015 se otorgó el permiso para construir dos urbanizaciones y en  lo que va del año una. 
Esto muestra una disminución en comparación con periodos anteriores cuando se construían un promedio de cuatro urbanizaciones cada año.
Desde el 2010 han sido aprobadas en Manta 22 construcciones habitacionales, pero hasta antes de esta fecha ya se habían construido unas 40 ciudadelas privadas.
María José Pisco, directora del área de Planeamiento Urbano, manifestó que al parecer ahora se venden menos casas, lo que hace que haya menos  propuestas habitacionales.
Sin embargo, el boom inmobiliario que Manta vive desde el 2007 continúa, aunque un poco más lento, dijo.  
Desde ese año se pobló urbanamente un promedio de 233 hectáreas por año, según datos del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial. Es decir, el espacio que ocupan 233 estadios (cada uno  mide una hectárea). 
Antes de esto, desde el 1989 al 2007 el área urbana de la ciudad aumentaba cada año 77 hectáreas (el espacio de 77 estadios).
Es así que en tan solo tres años, del 2007 al 2010, el área urbana de Manta que era de 3.350 hectáreas pasó a  4.052. 
En este periodo se destacan construcciones en la vía Circunvalación, que lleva de Manta-Montecristi, y  el crecimiento urbano en la Ruta del Spondylus hacia la parroquia San Mateo.  Todos estos datos constan en el Plan de Ordenamiento Territorial  del municipio.
Cecilia Zambrano, quien labora para una empresa inmobiliaria, indicó que cuando se empezó a planificar urbanizaciones en Manta, dos años antes del 2007, los clientes a captar eran los migrantes ecuatorianos que vivían en España o Estados Unidos. 
Luego se levantaron viviendas para satisfacer las necesidades de la población que llegó a la ciudad en busca de trabajo. 
La mayoría, según datos municipales, se empleaban en la industria, pesca y la construcción de los mismos proyectos urbanísticos. 
Solo en un periodo de nueve años, desde el 2001 al 2010, la población urbana de Manta pasó de 183.105 personas a 221.112 habitantes. Es decir, 38 mil personas más. 
Es así que en el 2010, 3.261 personas estaban pagando casas en Manta, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC). 
Zambrano manifestó que actualmente se han sumado nuevos tipos de clientes en la urbanizaciones. 
Estos son habitantes de la Sierra que compran viviendas para vacacionar en Manta.
Aún así, resaltó la disminución que hay actualmente en la venta de casas. 
Por ejemplo, señala, en la urbanización Villa Real   hasta el 2015 vendían un promedio de tres o cuatro casas por mes, ahora solo venden una cada dos meses. “Ha disminuido  un poco, creo que la gente está en austeridad y no quiere gastar dinero, además hay que tomar en cuenta el valor de nuestras casas superan los 100 mil dólares”, expresó. 
Un boom que llegó a satisfacer el déficit.  El 15 de septiembre del 2011, un  grupo de empresarios inmobiliarios señala, en varios medios, que el déficit de viviendas en Manta era de 17 mil casas. 
Esto a pesar del trabajo de la empresa privada en proyectos urbanísticos. 
En ese mismo año,  autoridades municipales dijeron que la ciudad requería de 22 mil casas, la mitad de interés social.  
Entonces anunciaron la construcción del Plan Habitacional “Sí Vivienda” para construir 10 mil unidades.
El proyecto contó con el respaldo del Banco de la Vivienda, Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y la banca privada.  
Actualmente, en el área de construcción, ubicada en la ciudadela Urbirríos, aún se levantan viviendas. 
Aun así, el municipio ha considerado en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial tres zonas de expansión   urbanística: 
La primera ubicada en la parroquia San Mateo con un área de 156 hectáreas, otra de 696 hectáreas entre San Juan y Los Gavilanes y la última con 1.128 hectáreas en el sector de La Revancha y Urbirríos dos.  
Justamente son estas zonas donde se han levantado las últimas urbanizaciones. 
Los conflictos de las urbanizaciones.  Pero durante el boom inmobiliario en Manta no todo fue color de rosa. 
Durante ese tiempo hubo quejas de ciudadanos por daños de viviendas y contratos incumplidos.
Según Líder Vélez, director del Centro de Arbitraje   y Mediación de Manta, en esta oficina se ventilan los conflictos originados en las urbanizaciones. 
El lugar funciona desde el 2000 y en los últimos años  ha mediado en casos como entrega de casas con características diferentes a la ofertadas, problemas de calidad o cuarteaduras e incluso el atraso en la entrega de las viviendas.
Norma Vilela se enfrentó a uno de estos problemas. Ella compró una casa en una urbanización ubicada en un tramo de la vía Circunvalación, pero asegura que no le entregaron lo ofertado. 
Ella siguió un proceso judicial y luego de tres años consiguió que le construyeran una casa tal y como se la enseñaron en una maqueta. “Fue complicado y había muchas personas que estaban en la misma situación que yo, lo bueno fue que todo salió bien y no perdí mi dinero”, expresó.  
Eso sucedió hasta hace unos años. Ahora las quejas en el Centro de Arbitraje son otros: el pago de las alícuotas en la urbanizaciones. 
César Camacho es administrador de una urbanización en Manta. Él indicó que lo más duro de este trabajo es cobrar las alícuotas. 
“La gente se atrasa un poco y eso crea problemas, ya que de ese dinero depende el pago de guardianía, mantenimiento de áreas verdes, piscina, entre otras cosas”, indicó. 
Camacho, quien lleva nueve años como administrador, señaló que el pago de las alícuotas dependen de los gastos que se generen. Es así que en el conjunto habitacional donde labora la alícuota es de 30 dólares al mes. En otras urbanizaciones este valor llega hasta los 60 dólares.   
 Los que vienen de otras ciudades.   Viven en Montecristi, Jaramijó, Portoviejo o Jipijapa, pero trabajan y estudian en Manta. El cantón en los últimos 10 años  tuvo un aumento de su población de 34 mil habitantes. 
Esta cifra comprende la población flotante que llega a la ciudad. Muchas. 
Aunque el departamento de Desarrollo Comunitario del municipio dice que tiene estadísticas de que en  Manta existen 25 mil personas que son consideradas flotantes.
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