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Basura, redes y hélices acechan a las tortugas

“Rayada”. Ese nombre le pusieron en honor a los cortes que le dejó en el caparazón la hélice de un barco que le pasó por encima.

Domingo 27 Marzo 2016 | 10:00

A otra, que llamaron Nigua, una red se le enredó de tal forma en la aleta que terminó extrangulando su circulación. Debieron amputarla.

Ana tragó por error un anzuelo que le rasgó el esófago. Sólo después de operada pudo intentar comer de nuevo.
Como Mafalda nombraron a una que estaba intoxicada de basura: tapas de cola, fundas, restos de hilo nylon se habían mezclado peligrosamente en su sistema digestivo envenenándola.
Todas son tortugas marinas, cada una con un nombre y una historia de supervivencia.
> Salvadas. Al norte de la playa de Puerto López, en el Centro de  Rehabilitación de Fauna Marina del Parque Nacional Machalilla por ahora hay quince de estos reptiles.
Pueden ser más si es que siguen quedando varadas en las playas tras sufrir alguna herida o pueden ser menos si fallecen o sobreviven.
Según las cifras de este servicio veterinario, en tres años de funcionamiento van unas 120 tortugas atentidas. 60 han regresado a su hábitat, 45 murieron debido a sus graves heridas y  quince están en tratamiento.
Rubén Alemán es el técnico y veterinario especialista en vida silvestre a cargo de este espacio que lucha por remediar los efectos que les han dejado actividades relacionadas directamente con humanos.
El funcionario explica que la rehabilitación de los reptiles es compleja y delicada.
Su llegada es igual a como la de la emergencia de un hospital. Tras estabilizar su condición hacen las cirugías que sean necesarias, limpieza de su organismo, curación de los cortes, extirpación de anzuelos u otro objeto que las esté hiriendo.
Luego sigue el largo proceso de mejoría que tardará semanas o meses hasta que hayan recuperado la fuerza necesaria para volver al mar.
Alemán explica que el nacimiento de este centro hace unos tres años no fue casual.
“Siempre monitoreamos a los animales silvestres que aparecen en las playas y vimos que el número de animales marinos y especialmente de tortugas era alto. Por eso decidimos crear un espacio para rehabilitarlas”, explicó.
Con autogestión y apoyo del Fondo Ambiental Nacional y recursos gubernamentales se levantó de a poco el proyecto del que es el creador.
Voluntarios, amigos, ecologistas, guardaparques, funcionarios, y técnicos se han sumado por esta iniciativa que recibe tortugas no solo de Manabí.
“Somos el único centro de rehabilitación de este tipo en la costa. Nos llegan animales de Guayas, Manabí y Santa Elena. Estamos coordinando para apoyar también a los animales que encuentran en Esmeraldas”, dijo Alemán.
>Problema. Byron Delgado es parte de la comuna Las Tunas al sur de Puerto López, además pertenece a la Fundación Jocotoco que realiza acciones de conservación en la zona.
Él, cuenta que ha visto cómo muchas veces las tortugas llegan a la playa heridas por alguna causa.
Señala que en la zona se han dado capacitaciones pero que es un problema complejo ya que las tortugas son migratorias y las afectaciones pueden ocurrir tanto cerca como lejos de la zona.
“Una colilla de cigarrillo, un resto de plástico o cualquier desecho es confundido por comida por ellas y pueden hacerlas atragantar”, dijo.
>Control. Desde el Parque Nacional Machalilla (PNM) que regenta el Ministerio del Ambiente, el jefe del área protegida Jorge Macías, explicó que se toman las acciones para evitar malas prácticas que afecten a estas especies.
Dijo que se han iniciado acercamientos con el sector pesquero para trabajar en capacitaciones y se han reforzado los operativos para evitar que se realicen faenas en áreas prohibidas. “Hemos iniciado procesos administrativos para sancionar a quienes pesquen dentro del área protegida”, dijo.
>Credibilidad. May Platt es de Inglaterra. Tiene 20 años, pero desde hace 14 vive en Puerto López por sus padres que laboran allí.   Desde hace varios años está como voluntaria en la rehabilitación de tortugas marinas y cuenta que muchas veces encuentra resistencia cuando pide más cuidado. “Yo les he dicho que no boten basura, que no las golpeen con los remos, que tengan cuidado con las redes, pero como soy extranjera no me hacen caso. Es muy dificil”, señaló.
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