Por ello, desde agosto del 2015 ellos iniciaron la lucha por pertenecer a la provincia tsáchila.

Oswaldo Guambuguete ha vivido desde que nació en El Paraíso del Pupusá, comunidad donde habitan al menos 100 familias y que se ubica a 90 minutos de El Carmen y a 15 de Puerto Limón, parroquia de Santo Domingo.

En el recinto se han recogido 150 firmas que están anexadas en los documentos de la demanda. Las razones las expone el poblador: “Las autoridades de la provincia de Manabí no han asistido a las tres reuniones convocadas por la Secretaría de Gestión de la Política en Quito para entablar un acercamiento en busca de resolver el conflicto”.

“Es algo nefasto que no hayan acudido a las reuniones, aparte de que no quieren darnos obras, tampoco nos dan la cara”, dijo Guambuguete.

 En El Paraíso del Pupusá, dice, lo único otorgado por Manabí es la partida de dos docentes de la única escuela del sector.

Mientras que el Municipio de Santo Domingo construyó hace algunos meses una batería sanitaria y la Prefectura tsáchila les dotó de 40 volquetas de material para el arreglo de la vía el año pasado. Los habitantes están ansiosos por el progreso.

A unos cuantos kilómetros de ahí, en el recinto El Rosario, la historia es similar.

Sus habitantes, al igual que los del resto de comunidades involucradas en el conflicto de pertenencia, pagan sus impuestos prediales en Santo Domingo, pese a que de acuerdo con los mapas son tierras manabitas.

“En elecciones votan estando empadronados en Santo Domingo, pero cuando piden obras a las autoridades éstas no pueden ejecutarlas por temor a ser glosados por Contraloría”, dijeron.

Javier Macías, presidente de El Rosario, indicó que desde el año 1967 han sido “abandonados y desconocidos, a pesar que estamos delimitados”. 

Las nueve comunidades están conformadas por 7.000 hectáreas de terreno y allí habitan unas 5.200 personas.                                                              

“Manabí en El Rosario no ha puesto ni una piedra, las autoridades ni conocen el territorio, Santo Domingo no ha demostrado mayor interés en estas comunidades”, declaró.

Entre El Rosario y El Carmen hay 60 kilómetros, pero no hay carreteras. La comunidad se encuentra a quince minutos de Puerto Limón. Los rosarinos hacen sus actividades comerciales, sociales y deportivas en esa parroquia.

En el recinto existe un plantel educativo: la escuela unidocente Ciudad de Riobamba que acoge a 90 niños en siete grados.

El 90 % de estudiantes emigra a Puerto Limón en busca de educación.

Han pasado cinco meses desde que los pobladores se reunieron con representantes del Municipio de Santo Domingo y la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas en el coliseo de El Rosario. Las autoridades de Manabí también fueron invitadas, pero no asistieron.

El prefecto Geovanny Benítez dijo: “A estos territorios los hemos apoyado y seguiremos apoyando”.

De su parte, Ignacio Mendoza, director de límites del Gobierno Provincial de Manabí, indicó que “a reuniones oficiales nosotros sí hemos asistido, de pronto a aquellas que se convocan con el ánimo de dividir, a esas no asistiremos”.

Agregó que allí permanentemente ha habido maquinaria del gobierno provincial y el municipio (de El Carmen) que “ahora está haciendo pozos por algunos lados”.

Afirmó que se han intercambiado visitas y mantenido reuniones de trabajo.

“Si bien es responsabilidad del Gobierno Provincial llegar hasta el último rincón del sector rural con sus competencias, tampoco es que dispone de toda la infraestructura para pensar que inmediatamente se puede atender todos los problemas”, declaró.

En las comunidades desconocen las obras y proyectos de los que habla Mendoza, insisten en que están abandonados desde hace medio siglo.