E ntre alabanzas y críticas, el gobierno del presidente Rafael Correa Delgado, denominado “de la revolución ciudadana”, cumplió nueve años contabilizando aciertos y errores, aplausos y protestas, de acuerdo a la óptica o percepción del grado de afinidad o aceptación del ciudadano con la administración Girando bajo la férrea personalidad del mandatario, la política oficial del socialismo del siglo XXI ha despertado emociones y pasiones que marcan serias y profundas diferencias entre los ecuatorianos, efecto que pareciera ser una de las mayores observaciones al régimen.
Se ha movido con la idea de cambiar al país, fortificándose en la modificación de la Constitución a través de la Legislatura, la expedición de leyes y ejerciendo control en las entidades que aplican la justicia.
Pero uno de los puntos más controversiales es la crítica a la prensa que considera contraria, a la que ataca con frecuencia programada mediante un montaje publicitario sin horario.
Así, este aniversario se celebra con principios de despedida: el presidente Correa dijo no irá a la reelección el 2017 con desconcierto sobre quién asumirá su liderazgo en Alianza PAIS.