Vela señaló que uno de los avances que tiene la Ley de Tierras es que fomenta la agricultura familiar y pone énfasis en combatir los monopolios de acaparamiento de la tierra y lo concentra en que no haya tierras improductivas. “Es decir, que las personas pueden tener sus tierras siempre y cuando cumplan la función social, o sea que se aprovechen, que generen trabajo, eso es lo que se busca con esta ley”, dijo. 

Según lo promovido por el Ejecutivo y aprobado por la Asamblea, la Ley de Tierras busca hacer frente al crecimiento de la población y se propone reactivar las tierras productivas que están siendo desaprovechadas. Para esto, la Autoridad Agraria Nacional deberá establecer cuáles terrenos productivos no cumplen con una función social y ambiental. 

En un proceso de expropiación, dichas tierras pasarían a un fondo nacional. Estas tierras a su vez serían redistribuidas entre los campesinos que deseen trabajar la tierra y que ya poseyeran una improductiva o no la tuvieran. 

Ante este tema la Conaie, reclamando la prohibición de la concentración de terrenos, propuso establecer techos a su tenencia y que el Estado nacionalice los terrenos que tuvieran más de 300 hectáreas en la Amazonía, 200 en la Costa y 50 en la Sierra, según publica diario El Comercio. 

La norma señala que las tierras rurales serán expropiadas cuando han sido desaprovechadas más de dos años consecutivos. 

La propuesta también excluye de expropiación a las tierras destinadas a la investigación científica y transferencia de tecnología, relacionadas con el agro.

REACCIONES. Para Richard Intriago, productor de Chone, la aprobación de la Ley de Tierras preocupa a los campesinos, ya que no se conoce bajo qué métodos y quiénes serán las personas que darán el carácter de no productiva a los terrenos, debido a que muchos hacendados adquirieron alguna finca y con el tiempo la producción de ganado bajó y por el momento no se está produciendo en determinado sector.

Además manifiesta que cuando se refiere a la precariedad de los terrenos, hay propiedades donde no hay servicios básicos como la energía eléctrica, donde los centros de salud están lejos y el agua queda a una distancia considerable y no sería justo que se las considerara como improductivas por personas que no conocen la verdadera realidad del campesino.

“Muchos campesinos desde Santo Domingo hasta Chone tienen letreros donde están vendiendo sus propiedades y con esta ley será mucho más, ya que hay miedo de que se quite lo poco que uno tiene”, expresa Intriago.

Elvis Suárez tiene 120 hectáreas de tierra en Platanales 3 de Río Grande, él dice que hay un sinnúmero de equivocaciones en la ley a pesar de que las intenciones son buenas porque sí hay terrenos improductivos, pero sostiene que no se puede expropiar a quien no tenga muchos recursos para hacerlo, ya que son personas sin recursos que no han tenido el apoyo para desarrollarse.

Indica que el sector campesino es el más pobre del país, que ningún campesino es millonario y que se debieron haber eliminado de primera mano los impuestos que hay sobre las fincas.