José Gilces, presidente de la Asociación de Faenadores de Charapotó, observaba los nuevos implementos para sacrificar reses y cerdos, utensilios que les permitirán cumplir con todas las normas sanitarias a la hora de realizar su trabajo. 

“Fue un sacrificio grande por parte de los matarifes no contar con un camal”, agregó Gilces.

El centro de faenamiento cuenta con las normas sanitarias que exige Agrocalidad, desde el 10 de marzo del 2014 fue clausurado y en los próximos días estaría en funcionamiento. 

Operatividad. Matarifes  de la parroquia también conocieron el funcionamiento y las normas de calidad con las 

que la carne saldrá del camal. 

Manuel Gilces, alcalde de Sucre, explicó que los sacrificadores tenían que viajar hasta Bahía de Caráquez, Rocafuerte y Portoviejo para realizar su trabajo, lo cual generaba mayores gastos para los comerciantes de productos cárnicos.

“Entregamos esta obra a la ciudadanía, es un beneficio para todos”, mencionó el primer personero municipal.

El alcalde además comentó que los camales de Leonidas Plaza-Bahía de Caráquez también han recibido mantenimiento, como iluminación y alcantarillado. 

La reconstrucción del camal de Charapotó tuvo un valor de 107 mil dólares. Los días que más se sacrifican reses y cerdos son los sábados y domingos.