Actualizado hace: 937 días 15 horas 32 minutos
Jorge Bello Moreira
Escándalos mediáticos

El presidente, con sus infortunios verbales ha provocado debates interesantes que van desde: su dudosa vocación democrática, estadios emocionales intolerantes, inexplorados proyectos políticos, la hipotética existencia de una agenda de confrontación para preservar los niveles de popularidad enfrentando con violencia verbal instituciones y sectores satanizados; así como la discusión sobre la falta de visión autocrítica de los protagonistas, léase entre ellos a gobierno, medios y todos sus componentes.

Viernes 25 Mayo 2007 | 21:35

El material entregado por el locuaz protagonista alimenta espacios periodísticos y de medios carentes de agenda propia, ansiosos de declaraciones altisonantes o escándalos de ocasión. El último episodio mediatizado, que alcanza la dudosa categoría de escándalo, es el que involucra al actual Ministro de Economía del régimen y la política económica en el segmento del manejo de deuda externa -tema bandera del gobierno- y que se constituye en un buen ejemplo para seguir intentando, de mi parte, un análisis autocrático del periodismo y los medios. Veamos: Teleamazonas acogió, en su espacio de entrevistas matutinas, la solícita presencia de un ex funcionario, evidentemente resentido por lo que considera un despido injusto y una supuesta acusación de corrupción en su contra; esta persona decide (y lo hace) delatar al ex jefe y amigo a través de la exposición de un fragmento de una grabación en vídeo logrado a través de una cámara oculta. No me voy a referir, por ahora, al contenido del vídeo y sus mensajes, porque escribo este artículo 48 horas antes de su publicación y aún no se conoce todo el contenido y su verdadero contexto; sino al manejo poco responsable conque se procedió, inicialmente, de parte del canal que acogió “la primicia” o “exclusiva” de escándalo, ya que lo ético y profesional habría sido valorar el vídeo; es decir, verlo completo y sin mutilaciones, para entender y exponer el contexto por respeto al público y los protagonistas; se debió corroborar la información con los involucrados, confrontar los contenidos con los hechos y las otras fuentes que podrían brindar más luces al tema. Es probable que esa percepción generalizada de los hechos termine teniendo la razón, y que los santos no hayan sido tan santos como nos pintan, pero es probable, también, que lo sean; y, de ser así, ¿qué pasará? ¿quién podría reponer por el daño que se habría causado a los involucrados, al país, a la credibilidad del mismo medio o de todos los medios? Se dirá que el denunciante habría ido a otro canal e igual sacaban al aire el vídeo con lo que el delator habría cumplido su objetivo y Teleamazonas habría perdido la primicia. No importa. A un medio que se precie de serio, eso le debería tener sin cuidado; habría actuado éticamente. El ejercicio periodístico ético, la responsabilidad social de un medio y su credibilidad no se sirve de ese tipo de ilegítimas “primicias escandalosas” sino de su credibilidad.
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