Hemos visto conversatorios, opiniones, críticas y hasta consejos de quienes estuvieron al frente de la economía del país teniendo la oportunidad de producir y hacer producir a este país, rico en recursos, rico en diversidad y sobre todo rico en su gente, que por ingenua y sumisa, sigue eligiendo autoridades, que a través de leyes y decretos nos están poniendo cada día al filo de precipicio.
Todos quienes han gobernado el país y quienes han sido ministros de Finanzas y Economía están de alguna manera relacionados, o han sido alumnos o han sido colaboradores, pero la relación existe; y en lugar de ponerse de acuerdo y llegar a una solución, todos manejan un discurso de quién puede más y quién tiene la razón. Pero la sinrazón existe, mientras el pueblo sufre las consecuencias de una mala política económica de gastarlo todo, endeudarse y utilizar las reservas.
El Estado ecuatoriano tiene sus ingresos en Impuestos (pagados por el pueblo), en aduanas (pagadas por los importadores y exportadores), en petróleo (producto y recurso del pueblo), energía eléctrica (consumida y pagada por el pueblo y mal administrada por el estado), telecomunicaciones (servicio consumido por el pueblo de empresas extranjeras y nacionales mal administradas por el Estado).
De estos ingresos se habla de que el precio del petróleo sube y baja, de cobrar más impuestos; pero de las recaudaciones de las aduanas, telecomunicaciones y energía eléctrica no se dice nada. No se da “cuentas claras” de estos servicios, pues mientras Carlos Slim es el hombre más rico de Latinoamericana con CLARO, es decir que si tiene utilidades, el país se ahoga en deudas invirtiendo sin retorno en esta clase de servicios.
¿Dónde está la utilidad de las aduanas, energía eléctrica y telecomunicaciones?. Son negocios que se deberían pagar solos, garantizando las deudas de esta inversión; pero las cifras indican mayores egresos y deudas que mantienen al Estado y al pueblo en crisis.
Habrá que preguntarle al Vicepresidente, desde hace tantos años al frente de los sectores estratégicos.