Luego de conversaciones efectuadas entre las autoridades de Portovial y los principales de las cooperativas de buses de servicio urbano en Portoviejo, se anunció que todas las unidades por ellos administradas adaptarán la altura de sus escaleras de subida/bajada a la necesidad de los usuarios.

Esto para facilitar al grupo de ciudadanos con discapacidades, de tercera edad o niños, que suelen encontrar dificultades al usar este medio de transporte, lo que

significa una barrera menos a su derecho de ser servidos como el resto de habitantes.

Bien por esta decisión, que corrige una inobservancia a las normas reguladoras existentes para el área del transporte, esperándose que esté cumplida en su totalidad dentro de pocas semanas.

Es menester que sigan los cambios en las estructuras físicas de las unidades para que se acerquen al confort, las facilidades y las seguridades que todos los transportes colectivos deben brindar, incluida la atención preferente a los sectores sociales vulnerables, cumpliendo con su misión de servicio comunitario.

Lo ideal sería, en este caso, la instalación del sistema hidráulico para extender la escalera, que superaría todo inconveniente, lo que podría ser analizado para un futuro próximo.