Franco, quien habita en el barrio de las calles Sucre y Gerardo Suárez, dijo que ya son 2 años que tienen apagadas las lámparas de ese sector, además el voltaje es pésimo lo que afecta a las fluorescentes de los domicilios, al punto que durante las horas llamadas “pico” (de mayor consumo de energía) éstas no funcionan. Acotó que en la calle Gerardo Suárez él ha puesto una caña y un foco para alumbrar un poco, “lo hice porque una noche una vecina estuvo a punto de ser mordida por una culebra, además aquí se reúnen parejas de enamorados que no respetan nada y algunas veces hemos visto sujetos desconocidos”, afirmó. Consumos excesivos Franco dijo que cuando prenden las luminarias de la Av. 9 de Octubre (que fue regenerada por el Municipio) el consumo de energía es mayor y la situación en los barrios es peor. “La solución sería que la empresa eléctrica instale un transformador de mayor capacidad en este barrio para que ya no haya más interrupciones, como actualmente, y que son a diario”, comentó. En el barrio Durán, según informó Edén Figueroa, desde hace varios meses hay 3 luminarias apagadas, pero en cambio hay una que permanece prendida todo el tiempo. Por la oscuridad reinante en las noches, anteriormente un comerciante que llegaba de trabajar estuvo a punto de ser asaltado, manifestó. Figueroa afirmó que de manera reiterada se hacen llamados a la agencia de Emelmanabí en Paján para que solucione el problema en mención, pero no hay respuesta. La falta de alumbrado público por las noches está incrementando la inseguridad en la población. La comunidad pide que haya más vigilancia, pero también que Emelmanabí atienda los requerimientos de los usuarios que pagan un servicio de alumbrado que no se proporciona para todos.