Él cuenta que ha estado tres veces en la cárcel por no cumplir con el pago de la pensión alimenticia de su hija de cuatro años.

La otra cara de la moneda es “Irene”, mamá de la hija de “Luis”. 

Ella cuenta que decidió demandar a “Luis” por dos cosas: “Una porque yo no tengo cómo mantenerlo sola, y otra porque se metió con otra mujer. 

“Esta situación también es dura para nosotras las mujeres. Lo que recibimos no alcanza para los gastos que demanda criar a un hijo, si lo meto a la cárcel es por la desesperación en que caigo cuando no tengo ni un real para enfrentar las necesidades del día a día”, comentó indignada “Irene”.

Ella explica lo difícil que es estar atrás de un hombre para que cumpla con su obligación de padre, por eso dice aplaudir todos los cambios que se realizan en beneficio de las madres y padres que cobran pensiones alimenticias, como por ejemplo, dijo, el nuevo sistema de pago que está implementando el Consejo Nacional de la Judicatura, que a criterio de ella será muy beneficioso para quienes cobran pensiones alimenticias, ya que tendrán más opciones para cobrar, dijo.

El tira y jala de las pensiones alimenticias también tiene historias como la de “Juan”, un obrero del sector público que está luchando para que los jueces disminuyan el valor de la pensión que le pasa a su hija. 

“Aquí no me hacen caso, por eso le escribí una carta al presidente Rafael Correa, para ver si me puede ayudar. Espero que me responda, porque mi situación es desesperante, de mi sueldo no alcanzo más que 40 ó 50 dólares”, dijo “Juan”.

Otro drama es la historia de “Ricardo”, quien se dedica a la venta de agua de coco.  El total de su deuda por pensiones alimenticias es de 13 mil dólares, una cifra que según dijo, es difícil pagar. “Cómo pago toda esa plata si apenas hago para comer. Quisiera lograr un acuerdo con la mamá de mis hijos para pagar menos, porque esa cantidad definitivamente no la puedo pagar”, comentó desesperado el hombre. 

LA OTRA CARA. El drama de las pensiones alimenticias también lo viven las mujeres. Es el caso de “Claudia”. Ella tiene cuatro hijos de un hombre casado, que también tiene cuatro hijos con su esposa. Ella lo demandó, pero apenas alcanza 80 dólares por los cuatros hijos. “Qué hago yo con esa poquita plata”, comentó angustiada “Claudia”. 

Al igual que “Juan” ella está luchando para que le suban el monto de la pensión, pues dijo, “no es suficiente”. 

En esta situación también está “María”, una periodista. 

Ella logró un acuerdo “verbal” con el papá de su hijo para que le pague mes a mes un sueldo básico. 

Ella espera que su ex lo cumpla, de no hacerlo, advierte, lo demandará. 

LA LEY. Según explicó Rafael Saltos, director provincial del Consejo de la Judicatura, la pensión que se establece al inicio de la demanda es de $ 96, $90 para los menores de cinco años, y 101 dólares para mayores de cinco años. 

Sin embargo, aclaró que es un valor referencial que va a variar una vez que se determinen los ingresos totales del alimentante. 

“Hay una tabla que establece los montos de acuerdo a los ingresos totales del alimentante”, dijo Saltos. 

Saltos dijo que los beneficiarios y alimentantes pueden solicitar la revisión de sus causas a través de los “juicios de incidente”. 

“Este recurso legal les permite a las partes que los jueces revisen sus causas y lograr acuerdos, siempre y cuando justifiquen sus demandas.

Según el funcionario, los pedidos de disminución de las pensiones son una constante en los juzgados. 

“Casi el 40 % de las causas activas que tenemos en la provincia son revisadas anualmente por pedido, tanto de los beneficiarios como por los alimentantes”, señaló.

BENEFICIOS. El nuevo sistema no tiene mayores detractores, y al contrario lo ven como una oportunidad para quienes cobran pensiones alimenticias. 

Al menos es lo que dice el abogado Orlando Ponce. Según él, la bancarización de las cuentas de los beneficiarios les permitirá poder ser calificados como sujetos de créditos en las instituciones financieras donde realicen los cobros de sus pensiones. 

Lo mismo opina el ciudadano Willy Quinde, pero hace una sola observación. 

Lo único malo que veo, dijo, es que no podremos hacer acuerdos en temas de rebaja de interés, porque el sistema los establece automáticamente.