Una de las medidas a emprender debe ser la limpieza de los cauces de ríos, quebradas y esteros y de los sistemas de evacuación de aguas lluvias, como medio para evitar inundaciones.
Se debería poner especial atención a las zonas vulnerables ante el riesgo de deslizamientos, sobre todo en las colinas y las riberas de los ríos.
Como estas, cada jurisdicción tiene sus prioridades, que deben ser establecidas por los organismos locales. Desde luego, conforme disponen las leyes, estas acciones deben articularse con las políticas y los planes emitidos por el organismo nacional responsable.
Sobre todo, es menester que se prepare a la población. Los ciudadanos deben ser la primera línea de acción para prever riesgos potenciales, intervenir y alertar a los organismos de socorro en caso de que ocurra algo en sus sectores.
Si los habitantes de un lugar no están preparados, las obras de prevención servirían de poco. Y una vez ocurrido un desastre, la mitigación es necesaria pero en algunos casos podría llegar tarde.