Actualizado hace: 940 días 16 horas 58 minutos
¡Mi reino por un encebollado!
¡Mi reino por un encebollado!
Por: Pedro Vincent Bowen
[email protected]

Domingo 13 Septiembre 2015 | 04:00

Quienes disfrutan de la literatura universal (o por cultura general), seguramente habrán leído uno de los dramas históricos más famosos de Shakespeare: “¡Un caballo, mi reino por un caballo!”

El tema se remonta 530 años ha. Inglaterra se encuentra fraccionada por comarcas, feudos, condados, ducados y otros. Y en tales circunstancias llega al poder Ricardo III luego de asesinar a un gajo de parientes pretendientes de la corona, incluyendo a su esposa Ana Neville, que muere asfixiada en una mazmorra de la Torre de Londres que aún se conserva como “atractivo” turístico.
Pero (el infaltable), uno de los sobrevivientes de la masacre, Enrique Tudor, conde de Richmont, reúne un poderoso ejército apoyado por otros miembros de la realeza descontenta, para enfrentar al monarca usurpador en la llamada Guerra de las Dos Rosas.
Ricardo III se prepara entonces para el combate al frente de 8.000 soldados, montado en su caballo “Incitatus” (como el caballo de Calígula), sin percatarse de que a una de sus herraduras… ¡Faltábale un clavo!
En el fragor de la batalla, “Incitatus” pierde la herradura floja, tropieza, cae y lanza al suelo al real jinete. Sus soldados, al verlo caído, retroceden en precipitada fuga, situación que aprovecha el Conde de Richmont para atacarlo con la espada en alto, listo para degollarlo. El rey, viéndose solo y a merced de su mortal enemigo, sin posibilidades para defenderse, ni para huir siquiera, lanza un estremecedor grito que ha sido recogido por la historia como un mensaje aleccionador, para que, aquellitos que se creen invencibles, poderosos e irreemplazables, no olviden que en cualquier momento puede sucederles algo parecido (o peor): “¡Un caballo, mi reino por un caballo!”.
Shakespeare termina este drama con unos versos que vale la pena recordar: “Por un clavo se perdió una herradura, por una herradura se perdió un caballo, por un caballo se perdió una batalla, por una batalla se perdió un reino”.
Llegado hasta aquí, vosotros os estaréis preguntando: ¿Y qué coño tiene que ver este drama de caballería, con el encebollado del titular de esta nota, ah?
Pues, muchísimo, tal como podréis observar en el próximo capítulo, si acaso me permitís el honor de seguir leyéndome, plis. Aunque para que no me califiquéis de “mala gente”, sólo puedo anticiparos que el tema se relaciona con un puerto, un monarca criollo del siglo XXI y un encebollado que costó 400.000 cholo dólares. (Continuará).
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Recomendadas para ti:

Más noticias