“Teníamos chalecos salvavidas, pero el barco se hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer. Pero mis hijos se resbalaron de mis manos”, declaró Abdullah Kurdi a la agencia de prensa Dogan.

Entre ellos viajaba Aylan, cuya foto que lo mostraba yaciendo inerte en una playa dio la vuelta al mundo y suscitó una ola de indignación sobre la situación de los refugiados. Su hermano Ghaleb, de cinco años, y su madre, Rehan, de 35 años, también se ahogaron.

Kurdi, el padre del niño ahogado, rechazó una oferta de asilo de Canadá y pidió a la comunidad internacional que haga lo posible para evitar sufrimientos como el suyo. En un principio Kurdi y su familia  fueron rechazados como refugiados en Canadá.

Es por esto que Tima Kurdi, la tía de Aylan Kurdi, declaró que considera responsable al Gobierno canadiense “y al mundo entero” de la muerte de sus familiares.

“Honestamente -añadió-, no quiero sólo responsabilizar a Canadá. Estoy responsabilizando a todo el mundo por no ayudar lo suficiente a los refugiados y no detener esta guerra. Y sé que lo pueden hacer. Si nadie financia a los rebeldes, la guerra parará”.

Refugiados. Pero no solo la gente que busca pasar el océano sufre para llegar a otro lugar. También están quienes tratan de cruzar las fronteras a pie con hijos pequeños en brazos y que tienen que soportar maltratos. 

Ayer una familia de refugiados sirios que había conseguido subirse a un tren en Budapest, en un intento de llegar a Alemania, fue brutalmente detenida por policías húngaros en la ciudad de Bicske, en la frontera con Austria. Los padres se aferraron a las vías junto a su bebé cuando escucharon que querían trasladarlos a un campo de refugiados.

Una serie de conflictos posteriores ocurridos en la plataforma de trenes en la localidad de Bicske fue grabada por los periodistas que están cubriendo el drama de los refugiados. La Policía obligaba a los migrantes a bajar de los trenes para trasladarlos a un centro de refugiados.

Críticas. El presidente islamista conservador turco Recep Tayyip Erdogan acusó a los países europeos de haber transformado el Mediterráneo en “un cementerio de migrantes”, en su primera reacción a las fotos del niño sirio ahogado en una playa turca. 

“El cuerpo de un niño de tres años es arrastrado hasta nuestras playas. ¿No debe rendir cuentas toda la humanidad?”, se preguntó Erdogan. 

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, criticó a los líderes de Alemania y la Unión Europea por la falta de urgencia a la hora de enfrentar la crisis migratoria en el continente.

La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria pidió a la comunidad internacional no sólo que ayude a resolver el conflicto, sino que auxilie a los cientos de miles de refugiados sirios que buscan asilo en otros países.

Anoche el Gobierno británico anunció que prepara un plan para acoger en el Reino Unido a miles de personas, en su mayoría a los sirios, ante la desesperación de los países que ya no quieren recibirlos.