De acuerdo al monitoreo más reciente ¿Cuándo alcanzaría su máxima fuerza El Niño en el Ecuador?

Hay un consenso científico de que tenemos El Niño, que se está desarrollando y su intensidad sigue evolucionando con el tiempo.

De acuerdo a los modelos de predicción y a los análisis que se están realizando,   se prevé que su máxima intensidad esté entre los meses de noviembre de este año y enero del 2016.

Su permanencia e influencia en el clima mundial se proyecta hasta mediados del próximo año.

 

¿Existe la probabilidad de que el Ecuador no sea afectado o que por el contrario pueda escalar su intensidad a una magnitud similar a la de los años 1997-1998?

Es importante que la ciudadanía, sobre todo del borde costero, sepa que nosotros estamos ante un fenómeno de magnitud fuerte y puede alcanzar en un momento dado la magnitud o las características similares a las del 1997-1998, catalogado como extraordinario y considerado el peor registrado en los últimos tiempos.

Esto implica la necesidad de tomar medidas urgentes en términos de difusión de la información, porque lo que se espera para el país es de alcance nacional y es de trascendencia para la economía.

 

¿Cuánta posibilidad hay de que los pronósticos se cumplan?

Si de algo estamos en este momento seguros es que El Niño está presente en el Pacífico y en Ecuador estamos sintiendo los efectos temporales del cambio de estación, el enfriamiento relativo del mar, fortalecimiento de los vientos propios de la estación.

Tenemos que entender que esto es temporal y muy localizado y El Niño ya está afectando a regiones de Centroamérica y es responsable de lo que pasó en Chile, Argentina y Paraguay, y que para Ecuador y el norte de Perú los efectos se sentirán desde finales de año.

¿Ecuador está suficientemente preparado para lo que puede suceder?

Ningún país está bien preparado para lo que puede suceder, pero con la adecuación de los medios y la preparación de la comunidad y la difusión de la información para que cada persona esté preparada, realmente se puede mitigar mucho los daños y además capitalizar las oportunidades que El Niño nos provee, porque este exceso de agua también sirve para fertilizar tierras y con un manejo estratégico se puede sacar provecho para  la agricultura.

El país tiene realmente la oportunidad de hacer un manejo anticipado del fenómeno.

El mensaje para todos es que estamos todavía a tiempo de planificar y preparar una respuesta adecuada.